Oración de las Familias Educadoras en el Hogar – Por Protección

«Todos los confines de la tierra han visto la salvación de nuestro Dios.» (Salmos 98:3)

«Los que aman al Señor, aborrezcan el mal; Él guarda las almas de Sus santos; los libra de la mano de los impíos.» (Salmos 97:10)

Gracias Dios nuestro por Tu protección a nuestras familias, a nuestros hijos y nuestras generaciones. Nuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3:3)

«Muestra maravillosamente Tu misericordia, Oh, Tú Salvador, Quien salvas con Tu mano derecha a los que confían en Ti, a los que se refugian a tu diestra, de los que se levantan contra ellos. Guárdame como a la niña de Tus ojos; Escóndeme a la sombra de Tus alas, de la vista de los malos que me oprimen y de mis enemigos mortales que me rodean.» (Salmos 17:7-9)

Padre Santo, te pedimos que nos ayudes a ser sensatos y estar firmes para no dejarnos dominar por falsos mesías ya sean de estirpe política, religiosa o cualquier otra, pues nuestra Vida, nuestra Propiedad y nuestra Libertad están ancladas en Ti nuestro Creador.

Las familias que educamos en el hogar conforme a la voluntad de Dios, vivimos al amparo del Altísimo y encontramos descanso a la sombra del Todopoderoso. Sólo Él nos libra de los peligros ocultos, nos rescata de toda trampa y nos protege de enfermedades mortales; sólo bajo Su protección podemos vivir tranquilos, pues nunca deja de cuidarnos, Su Verdad y Sus fieles promesas son nuestra armadura y nuestra protección. (Salmo 91)

En el nombre de Jesucristo, las familias que educamos en el hogar conforme a la voluntad de Dios somos cubiertas con la Sangre del Cordero, de manera que las tinieblas no prosperan contra nosotros el remanente de Dios (Romanos 11:5-6).

Nosotros, nuestra familia y nuestras generaciones permanecemos guardados en el corazón de Dios nuestro Señor, guardados en la hendidura de la peña que es el corazón del Señor.

La Sangre de Cristo es nuestra cobertura y es aplicada como sello en la frente de cada miembro de la familia y en los dinteles de nuestro corazón.

En el Nombre de Jesucristo, ningún atentado prospera contra nosotros, ni contra nuestras familias ni contra nuestros bienes físicos y espirituales, porque el Altísimo es nuestra habitación quien nos guarda en todos nuestros caminos, nos libra, y pone un cerco de protección alrededor nuestro, y de nuestros bienes físicos y espirituales (Salmo 91).

Rogamos que nuestro Padre y Creador misericordioso nos dé sabiduría como padres, abuelos, y como el Cuerpo de Cristo para proteger intencionalmente nuestra sagrada fe y conciencia, corporativamente e individualmente, y para levantarnos y ser valientes para proteger y entrenar reverentemente a nuestros hijos; sin temor, firmes con confianza en el Señor Jesucristo, diligentes y con una mayordomía intencional para evitar la erosión de nuestros derechos de padres y la libertad para vivir nuestra fe conforme al alto llamado que Dios ha puesto en cada uno de nosotros como familias que educamos en casa.

Oramos que Dios nos proteja del enemigo, que nos guarde y libre del mal, que nos proteja de toda peste destructora. (Juan 17:15; Isaías 49:25, Salmos 91:3; Oseas 2:6; 2 Samuel 22:33)

Oramos que Dios nos cuide, nos guarde, rodeándonos de Sus brazos poderosos. (Salmos 91:11-12; Salmos 18:48; Isaías 55:11)

Oramos que Dios nos muestre maravillosamente Su misericordia y nos conceda Su favor a Su pequeño rebaño, a los que nos refugiamos a Su diestra y confiamos en nuestro Salvador; que seamos guardados como a la niña de Sus ojos. Oramos que Dios nos esconda a la sombra de Sus alas, de la vista de los opresores, de nuestros enemigos mortales que nos rodean, que nos salve de los que se levantan contra nosotros, oramos que nuestro Salvador nos proteja de las maquinaciones, malas intenciones y malas acciones de cabilderos, funcionarios, legisladores, jueces, gobernadores, corporaciones y agentes el enemigo, y seamos librados de todo mal. (Salmos 17:7-9)

Oramos que Dios no les permita a nuestros adversarios perjudicarnos. (Génesis 31:7)

«El que se acordó de nosotros en nuestra humillación, porque para siempre es Su misericordia, Y nos rescató de nuestros adversarios, porque para siempre es Su misericordia.» (Salmos 136:23-24)

«Tú me das tu protección; me salvas con tu gran poder y me concedes la victoria. Me despejas el camino para que no tenga yo tropiezos. ¡Viva el SEÑOR! ¡Bendita sea mi Roca! Sea ensalzado el Dios de mi salvación, el Dios que ejecuta mi venganza; sujeta a los pueblos debajo de mí y me libra de mis enemigos. Tú me has enaltecido sobre mis adversarios y me has librado del hombre violento. Por eso te confesaré entre las naciones, oh SEÑOR, y cantaré salmos a tu Nombre.» (Salmo 18:35-36,46-49 TLA, RVA2015)

Padre Dios, en el nombre de Jesucristo, dirígenos y guíanos con toda sabiduría, ve delante de nosotros. Padre, te pedimos en el nombre de Jesucristo que nos protejas y derribes a todo obrero de las tinieblas y de la iniquidad, a todo obrero del complot, esquema, contrato y acuerdo con las tinieblas, a todo obrero con asignación, premeditación, esbozo y planos del maligno.

«Dios, guíanos, ordena y afianza nuestros pasos en Tu palabra conforme a Tu promesa, para que el pecado no nos domine y ninguna iniquidad tenga señorío, dominio o gobierno de nosotros causando que nos separemos de Ti.» (Salmo 119:133, paráfrasis)

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Oración por las Familias Educadoras en el Hogar

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