Oración de las Familias Educadoras en el Hogar – Por La Nación

«Dios nuestro, tú hiciste el cielo y la tierra, y el mar y todo lo que hay en ellos. Tú, por medio del Espíritu Santo, le hablaste al rey David, nuestro antepasado. Por medio de David, que estaba a tu servicio, dijiste: “¿Por qué se rebelan contra Dios las naciones y los pueblos? ¿Por qué estudian la manera de luchar contra Dios y contra el Mesías que él escogió? ¡Inútiles son los planes de los reyes de este mundo!” (Hechos 4:24-26)

«Si YO cierro los cielos para que no llueva, o le ordeno a la langosta que devore la tierra, o envío pestes sobre Mi pueblo; si se humilla Mi pueblo, sobre el cual Mi Nombre es invocado, y oran, y buscan Mi rostro, y se convierten de sus malos caminos; entonces, YO oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados y sanaré su tierra. Mis ojos van a estar abiertos, y Mis oídos van a estar atentos a la oración que se haga en este lugar. YO he elegido y santificado esta casa, para que en ella esté Mi Nombre siempre. Mis ojos y Mi corazón estarán aquí siempre.» (2Crónicas 7:13-16)

«Porque la ira de DIOS se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad.» (Romanos 1:18)

«Procuren el Shalom de la ciudad a la que permití que fueran llevados. Rueguen a YAHWEH por ella, porque si ella tiene Shalom, también tendrán Shalom ustedes.» (Jeremías 29:7)

«Hijitos míos, estas cosas les escribo para que no pequen. Y si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo. Él es la expiación por nuestros pecados, y no solamente por los nuestros sino también por los de todo el mundo.» (1Juan 2:1-2)

«Así que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios los exhorta por medio nuestro, les rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconcíliense con Dios!» (2Corintios 5:20)

Amado Padre, en el Nombre de tu amado Hijo, nuestro abogado, nos presentamos ante tu trono de gracia arrepentidos de todos nuestros pecados, maldades, iniquidades y rebeliones; con humildad te pedimos perdón, te suplicamos que renueves nuestra mente y nuestro corazón, límpianos de toda maldad, lávanos, purifícanos y santifícanos.

Gracias, Señor, porque has tenido un propósito conmigo y con mi familia aquí en esta ciudad y en esta nación.

Amado Padre, Tú conoces la condición y circunstancias de la ciudad y nación que habitamos, las cuales han despreciado tu Verdad y solo por tu misericordia oh Dios bueno es que tu ira no ha demolido a toda la nación. Gracias Padre por tu gran amor que perdura para siempre y por tu gran misericordia. Alabado eres Dios.

Padre nuestro, clamamos a ti con fervor por tu perdón para este pueblo que te ha dado la espalda y te ha sido infiel; oramos que con temor reverencial del Señor nos volvamos al Único Dios verdadero.

Clamamos por la salvación, la paz y la sanidad de la nación donde nos has puesto.

Clamamos Señor por una intervención de tu mano en esta nación, te suplicamos que deshagas el caos y obres con poder en todos sus moradores y en los extranjeros que aquí están, para que sean salvos, nacidos de nuevo, y que tu mano esté con nosotros y nos libres del mal para que no nos dañe.

Padre Eterno, Príncipe de Paz, anhelamos que este clamor llegue como olor fragante ante tu Trono Celestial para la salvación y protección de la ciudad y nación donde nos has asignado a nosotros y a nuestra descendencia. Consagramos esta ciudad y nación para Ti, clamamos que tu salvación, abrigo y amparo estén sobre nosotros, la ciudad y la nación de día y de noche.

Señor ayúdanos a vivir en santidad y en obediencia a Tu palabra, para que la podamos poner en práctica, dirígenos y danos el querer como el hacer Tu voluntad, y que así Tu amor sea perfeccionado en nosotros (1Juan 2:5). Padre celestial, nos consagramos a ti, y te damos gracias por perdonarnos y porque podemos acercamos confiadamente ante tu trono de gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para la ayuda oportuna; te pedimos que no nos dejes caer en tentación y nos libres del mal.

“Cuando hayas comido hasta quedar satisfecho, asegúrate de alabar al Señor tu Dios por la buena tierra que te ha dado. »Sin embargo, ¡ese es el momento cuando debes tener mucho cuidado! En tu abundancia, ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios.” (Deuteronomio 8:10-11)

Gracias Padre nuestro por bendecir esta tierra y hacer que sea fructífera.

«¡Bendita es la nación cuyo Elohim es YAHWEH, el pueblo que Él escogió como propia Su herencia!» (Salmo 33:12)

[Shalom שלום (sh-l-m), significa bienestar, integridad, para nuestra totalidad, nuestro total bienestar]

Oramos por los pacificadores en esta nación, que estemos siempre en las manos de nuestro Abba Padre, que nos sea concedida vida y misericordia, y Su visitación y cuidado guarde nuestro espíritu, que el amor inagotable y la bondad de Dios (Job 10:12) sea sobre los que clamamos por Shalom.

“Pedro tomó la palabra, y dijo: —Ahora comprendo que en realidad para Dios no hay favoritismos, sino que en toda nación Él ve con agrado a los que le temen y actúan con justicia.” (Hechos 10:34-35)

Tenemos la certeza que hay propósitos estratégicos y planes de bien de parte del Señor nuestro Dios en donde Él nos ha puesto. Por eso hoy rogamos a YAHWEH por Shalom para esta ciudad y sus habitantes.

Porque del Señor es el reino, y Él gobierna las naciones. Todos los confines de la tierra se acordarán y se volverán a Adonai; todos los clanes de las naciones adorarán en Tu presencia. (Salmos 22:28 LBLA, CJB)

“Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el mundo que vendrá.” (Efesios 1:19-21; 1 Pedro 3:22)

Entendemos nuestro deber de orar por los que gobiernan, por los jueces y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, llena de reverencia a Dios y respetable en todos los sentidos, por lo tanto, oramos por una revelación creciente de la Verdad de Jesucristo en el corazón y la mente de los líderes de esta nación, ablanda sus corazones y vuélvelos a Ti, Dios y Padre nuestro.

“Él les respondió: «Toda planta que mi Padre celestial no ha plantado, será arrancada de raíz.” (Mateo 15:13)

«Él muda los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y conocimiento a los entendidos.» (Daniel 2:21)

«Así que, ahora, reyes, sean sabios; gobernantes, jueces de la tierra, aprendan esta lección, estén advertidos. Obedezcan y sirvan al Señor con gran temor. Alégrense, regocíjense, pero tiemblen con temblor. Demuestren que son leales y besen a Su Hijo, o serán destruidos por Su ira, se enojará y perecerán en el camino, porque puede enojarse rápidamente. Pero felices y benditos son los que confían en Él para su protección, encuentran refugio en Él.» (Salmos 2:10-12 EXB, traducción y paráfrasis)

Padre nuestro, te rogamos que establezcas tu paz completa, que venga tu reino y se haga tu voluntad en esta tierra como se hace en el cielo; que tu voluntad sea sobre cada área de la nación; en el ámbito gubernamental, la salud, la economía, en la educación, en los valores familiares, en cada casa y cada familia, para gloria y honra de tu santo nombre.

Oramos que el nombre de Jesucristo es exaltado y elevado en cada área de influencia de esta nación.

«Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia es el cetro de tu reino.» (Salmo 45:6)

Proclamamos la autoridad del cetro de justicia de Dios en nuestra nación.

«Cuando los justos aumentan, el pueblo se alegra; pero cuando el impío gobierna, el pueblo gime.» (Proverbios 29:2)

Oramos que los gobernantes se sometan a la soberanía y autoridad de Dios, y sean usados para la gloria de Dios y el bien de nosotros y no para su conveniencia propia. Que aquellos en eminencia y autoridad caminen con rectitud y nos miren con misericordia y gracia, no dejándose llevar por el egoísmo.

Que el Eterno Dios dé sabiduría y lucidez a las personas que están en eminencia y autoridad, para que tomen buenas decisiones a favor de nosotros para la gloria de Dios.

«El corazón del rey en la mano de YAHWEH es como arroyos de agua – Él lo dirige a donde a Él le place.» Proverbios 21:1)

Bendito nuestro padre Dios, que por el beneplácito de Su voluntad, somos libres y nos hizo poseedores de una muy buena tierra (Deuteronomio 1:25) donde Su Nombre es conocido y honrado.

Padre Celestial Tú eres el Hacedor de Caminos, el Señor de la Voluntad, Rey de Reyes y el Gran Yo Soy. Te alabamos y te bendecimos Señor. El tiempo de los grandes milagros está sobre nosotros. Te pedimos Señor que un poderoso milagro ocurra en esta ciudad y en esta nación, tan grande y magnífico que el mundo entero sepa que Tú solo realizaste el milagro. En el nombre de Jesús te lo pedimos y te damos las gracias.

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Oración por las Familias Educadoras en el Hogar

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