Oración de las Familias Educadoras en el Hogar – Por El Gobierno

Oramos que Dios nuestro Señor nos gobierne y reine en nuestro corazón, que venga Su reino pronto, que sea hecha Su voluntad, como en el cielo así también en la tierra. (Mateo 6:10)

“Porque del Señor es el reino, y Él gobierna las naciones. Todos los confines de la tierra se acordarán y se volverán a Adonai; todos los clanes de las naciones adorarán en Tu presencia.” (Salmos 22:28 LBLA, CJB)

“Sean ustedes santos, porque Yo, el Señor, Soy santo, y los he apartado de los pueblos para que sean Míos.” (Levítico 20:26)

“Oh Señor, Soberano nuestro, ¡qué imponente es tu Nombre en toda la tierra! ¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!” (Salmo 8:1 NBV)

“Pues el Señor es nuestro juez, nuestro legislador y nuestro rey; Él cuidará de nosotros y nos salvará”. (Isaías 33:22)

Señor, gracias por ser nuestro legislador. Tu ley y tu paz traen orden al caos; gracias por poner tus leyes en nuestro corazón y escribirlas en nuestra mente con el nuevo pacto que has hecho con nosotros por medio de Jesucristo nuestro Sumo Sacerdote; gracias porque nos has hecho santos por medio de la sangre del pacto y nos perdonas y nunca más te acuerdas de nuestros pecados y transgresiones. (Hebreos 10:9-18)

«―Tenemos que obedecer a Dios antes que a los hombres —respondieron Pedro y los apóstoles—.» (Hechos 5:29)

«YAHWEH es mi pastor, nada me falta.» (Salmo 23:1)

Cuán incomparable es la grandeza de Su poder a favor de los que creemos. Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz que Dios ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo sentó a Su derecha en las regiones celestiales, muy por encima de todo gobierno y autoridad, poder y dominio, y de cualquier otro nombre que se invoque, no solo en este mundo, sino también en el venidero. (Efesios 1:19-21; 1 Pedro 3:22)

Nos regocijamos que nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo (Filipenses 3:20), proclamamos que Jesucristo es nuestro Rey, que no tiene antecesor y no tendrá sucesor, no hay nadie antes que Él ni habrá nadie después de Él, y nunca será depuesto.

«Así que, somos embajadores en nombre de Cristo; y como Dios los exhorta por medio nuestro, les rogamos en nombre de Cristo: ¡Reconcíliense con Dios!» (2 Corintios 5:20)

«Pues no luchamos contra enemigos de carne y hueso, sino contra gobernadores malignos y autoridades del mundo invisible, contra fuerzas poderosas de este mundo tenebroso y contra espíritus malignos de los lugares celestiales.» (Efesios 6:12)

«Él muda los tiempos y las edades; quita reyes y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.» (Daniel 2:21)

«Primero que todo, yo aconsejo, urjo y exhorto que se hagan peticiones (solicitudes específicas), oraciones, intercesiones (oraciones por otros) y acciones de gracias a Dios en favor de toda la humanidad, incluyendo reyes, gobernantes y todos los que están en eminencia (superioridad), los que ocupan posiciones de prominencia y alta responsabilidad, para que podamos vivir una vida reposada y en Shalom, llena de adoración y devoción a Dios en toda piedad, dignidad y reverencia.» (1 Timoteo 2:1-2 EXB, AMP, AMPC, DHH, KDSH, VIN)

«Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no solo en este mundo sino también en el mundo que vendrá.» (Efesios 1:19-21; 1 Pedro 3:22)

Entendemos nuestro deber de orar por los que gobiernan, por los jueces y por todos los que ocupan posiciones de alta influencia para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, llena de reverencia a Dios y respetable en todos los sentidos, por lo tanto, oramos por una revelación creciente de la Verdad de Jesucristo en el corazón y la mente de los líderes de esta nación, ablanda sus corazones y vuélvelos a Ti, Dios y Padre nuestro.

Padre nuestro, Tú conoces los corazones de los gobernantes, consejeros, jueces, aliados, adversarios, opresores y escarnecedores de esta nación; Tú conoces los pactos, las alianzas, los contratos y las acciones que llevan a cabo en lo secreto y los males que cometen por amor al dinero y a sí mismos; por eso Padre, nos acercamos a Ti Dios justo y misericordioso, para pedirte que les des el arrepentimiento que conduce al pleno conocimiento de la Verdad (2 Timoteo 2:25), dales una revelación creciente de la Verdad de Jesucristo en el corazón y la mente, ablanda sus corazones y vuélvelos a Ti; que se percaten de la condición de su alma delante de Ti, y sean conscientes de cuánto te necesitan; que todos ellos vuelvan en sí y escapen del lazo del diablo, en el cual se hallan cautivos y sujetos a su voluntad (2 Timoteo 2:26; Lucas 15:17-19).

Oramos que cada gobernante, consejero, juez, senador, diputado, funcionario, personal del ejército, cabildero y todo aquel que esté en posición de autoridad, se arrepienta de sus pecados, conozca al Dios verdadero, tenga temor de Él, recapacite y cambie su caminar para que no sea reprobado, por tanto, ejerzan sus funciones con temor y temblor al Dios verdadero y así podamos vivir quieta y reposadamente.

Oramos que Dios nos muestre maravillosamente Su misericordia y nos conceda Su favor a Su pequeño rebaño, a los que nos refugiamos a Su diestra y confiamos en nuestro Salvador; que seamos guardados como a la niña de Sus ojos. Oramos que Dios nos esconda a la sombra de Sus alas, de la vista de los opresores, de nuestros enemigos mortales que nos rodean, que nos salve de los que se levantan contra nosotros. (Salmos 17:7-9)

Oramos que nuestro Salvador nos proteja de las maquinaciones; de los engaños, fraudes y estafas; de las agendas, programas, alianzas, pactos y contratos perversos; de las malas intenciones y malas acciones de gobernadores, jueces, legisladores, diplomáticos, ejércitos, funcionarios, consejeros, comisionados, cabilderos, comités, fundaciones, asociaciones, corporaciones, agencias, empresarios, instituciones y agentes del enemigo, y seamos librados de todo mal. Levántate, Señor, sal a su encuentro, derríbalos; con tu espada libra nuestra alma de los impíos, de los hombres, con tu mano, oh Señor. (Salmos 17:13-14)

Oramos que Dios no les permita a nuestros adversarios perjudicarnos. (Génesis 31:7)

“Pues conocemos al que dijo: «Yo tomaré venganza; Yo les pagaré lo que se merecen». También dijo: «El Señor juzgará a su propio pueblo». ¡Es algo aterrador caer en manos del Dios vivo!” (Hebreos 10:30-31)

«Así que, ahora, reyes, sean sabios; gobernantes, jueces de la tierra, aprendan esta lección, estén advertidos. Obedezcan y sirvan al Señor con gran temor. Alégrense, regocíjense, pero tiemblen con temblor. Demuestren que son leales y besen a Su Hijo, o serán destruidos por Su ira, se enojará y perecerán en el camino, porque puede enojarse rápidamente. Pero felices y benditos son los que confían en Él para su protección, encuentran refugio en Él.» (Salmos 2:10-12 EXB, traducción y paráfrasis)

Oramos para que los cambios gubernamentales que se están y estarán dando, tengan un impacto favorable y propicio para la educación en el hogar en paz completa (shalom rav), santidad y libertad, conforme al mandato, diseño y buena voluntad de Dios.

Oramos a Dios que se reconozca y respete que la educación de los hijos es responsabilidad de los padres, sin intervención, intrusión, imposición, entrometimiento, interferencia ni estorbo de agentes del maligno, agentes externos, del gobierno, de agencias, concilios, concejos, comités, consejos, corporaciones, fundaciones, asociaciones, públicos o privados, nacionales o extranjeros.

Oramos a nuestro Padre y Dios de paz que no haya obstáculos, impedimentos, interferencia ni estorbos para que criemos, eduquemos y formemos a nuestros hijos conforme a la voluntad de Dios, en libertad, santidad y paz completa.

Bendito nuestro Abba Padre, que por el beneplácito de Su voluntad, nos hizo poseedores a nosotros y nuestras generaciones para siempre, de una espaciosa y buena tierra en gran manera, donde Su Nombre es conocido y honrado, y Sus mandamientos guardados y escudriñados. (Éxodo 3:8; Números 14:7; 1 Crónicas 28:8)

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Oración por las Familias Educadoras en el Hogar

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