Oración de las Familias Educadoras en el Hogar – Por Nuestro Ministerio Familiar

“Dios, de su gran variedad de dones espirituales, les ha dado un don especial a cada uno de ustedes, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la gracia de Dios en sus diferentes manifestaciones.” (1Pedro 4:10)

Oramos por oportunidades para servir, animar y ministrar a otros como familia. Que nuestra familia sea una luz de Cristo en este mundo y una bendición para Su iglesia.

“Esfuércense por demostrar los resultados de su salvación obedeciendo a Dios con profunda reverencia y temor. Pues Dios trabaja en ustedes y les da el querer como el hacer, lo que a él le agrada. Hagan todo sin quejarse y sin discutir, para que nadie pueda criticarlos. Lleven una vida limpia e inocente como corresponde a hijos de Dios y brillen como luces radiantes en un mundo lleno de gente perversa y corrupta. Aférrense a la palabra de vida.” (Filipenses 3:12-16a)

“Predicando el reino de Dios, y enseñando todo lo concerniente al Señor Jesucristo con toda libertad, sin estorbo.” (Hechos 28:31)

“Sirvan al Señor con temor reverente y alégrense con temblor. Sométanse al hijo de Dios, no sea que se enoje y sean destruidos en plena actividad, porque Su ira se enciende en un instante. ¡Pero qué alegría para todos los que se refugian en Él!” (Salmos 2:11-12)

“Dios es bueno y nos permite servirle. Por eso no nos desanimamos. No sentimos vergüenza de nada, ni hacemos nada a escondidas. No tratamos de engañar a la gente ni cambiamos el mensaje de Dios. Al contrario, Dios es testigo de que decimos sólo la verdad. Por eso, todos pueden confiar en nosotros. Nosotros no predicamos acerca de nosotros mismos; anunciamos que Jesucristo es el Señor. Lo único que decimos de nosotros es que somos siervos de ustedes por amor a Jesús.” (2Corintios 4:1-2,5)

Oramos por el impacto de nuestro ministerio, que continuemos firmes en la Palabra de Dios a partir de Génesis, y no vacilemos, aun la cultura se sumerja en crecientes profundidades de depravación y se vuelva más anticristiana cada día.

Oramos que nuestras familias trabajen enérgicamente para el avance del reino de Dios.

Oramos que avanzamos el reino de Dios por la unidad entre esposo y esposa, teniendo hijos y educándolos como discípulos de Cristo. (Mateo 28:18-20; Deuteronomio 6:7; Deuteronomio 11:19)

Acercándose Jesús, les dijo: «Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo». (Mateo 28:18-20)

Oramos que el reino de Dios avanza entrenando a nuestros hijos como como cabezas piadosas de sus hogares (Génesis 1:27-28; Mateo 28:18-20; Deuteronomio 6:7; Deuteronomio 11:19; 1Timoteo 2:15-3:13; 1Corintios 7:21; Salmo 127, Salmo 128).

Oramos que el evangelismo tenga como pilar el hogar, la hospitalidad y otros ministerios de misericordia basados en el hogar, para reflejar el amor de Dios y Él sea glorificado.

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Oración por las Familias Educadoras en el Hogar

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