Oración de las Familias Educadoras en el Hogar – Entregando a Dios las Cargas

CONFIANDO EN DIOS

Padre, te agradecemos que nos amas y que te ocupas por todo lo que nos concierne. Hoy ponemos en tus manos todas nuestras preocupaciones y ansiedades, así como nuestra misión de educar a nuestros hijos sabiendo que Tú cuidas de nosotros. Con Tu ayuda, nos negamos a inquietarnos o tener alguna ansiedad al respecto. Te agradecemos amado Padre por satisfacer todas nuestras necesidades para tu gloria. Confiamos en tu fidelidad y provisión. Recibimos tu paz. (1Pedro 5:7; Filipenses 4:6-7; Filipenses 4:19)

PERSEVERANCIA

Dios y Padre, oramos y pedimos a ti en todo tiempo, siempre con la ayuda del Espíritu, con toda perseverancia y súplica, manteniéndonos bien despiertos y vigilantes, y no dejando de orar por todo el pueblo santo de Dios. (Efesios 6:18)

«Hermanos, no considero haber llegado ya a la meta, pero esto sí es lo que hago: me olvido del pasado y me esfuerzo por alcanzar lo que está adelante. Sigo hacia la meta para ganar el premio que Dios me ofreció cuando me llamó por medio de Jesucristo.» (Filipenses 3:13-14)

Oramos a ti Padre Dios pidiendo fuerza y sabiduría para perseverar en las pruebas y buscarte a Ti en cada desafío. Oramos por la gracia para animar a los padres que educan en el hogar a hacer lo mismo.

Padre, creemos en la promesa de Jesús de estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo, en Él está nuestra esperanza, aun cuando haya aflicciones o tribulaciones, pero de todas nos librará; porque Su misericordias jamás terminan, grande es Su fidelidad. (Mateo 28:20; Salmos 34:19; Lamentaciones 3:22-23; Salmos 117:2; Salmos 57:10)

Padre nuestro, danos fuerza y sabiduría para buscarte a Ti en toda circunstancia, ayúdanos a perseverar incluso cuando sea difícil, haya pruebas o dificultades. Ayúdanos a tener buenas actitudes al enfrentar cada día. Pon en nosotros y en nuestros hijos el deseo de enfrentar juntos las pruebas que se presenten. Pon en toda la familia la gracia y el perdón cuando las cosas no salgan como quisiéramos. (Colosenses 3:23-24; Filipenses 4:13)

Padre Dios te pedimos que seamos la semilla que cae en tierra buena y fértil, con corazón bueno y recto, dispuesto a escuchar y retener Tu palabra, aceptándola y aferrándonos a ella con fidelidad; y demos fruto con perseverancia, que con constancia produzcamos una buena cosecha. (Lucas 8:15)

SANIDAD Y SALUD

Padre, de acuerdo con Tu Palabra, Jesús mismo fue herido en Su cuerpo para que pudiéramos ser sanados. Él tomó nuestras dolencias y llevó nuestras enfermedades. Por lo tanto, te agradecemos por sanarnos. Creemos que somos sanados y continuamos experimentando una excelente salud en la vida. (1Pedro 2:24; Mateo 8:17)

Padre, como a tu siervo Noé y a tu siervo Caleb, Tú nos das vitalidad y fuerza, estamos vivos, lúcidos, sanos y vigorosos porque Tú nos sostienes, porque Cristo es la razón de nuestro vivir, nuestra confianza está en el Hijo de Dios, el cual nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros. (Filipenses 1:21; Gálatas 2:20)

En Cristo y por Cristo estamos y estaremos firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre y avanzando también hacia la medida de la estatura de la plenitud de Cristo. (1Corintios 15:58; Efesios 4:13).

Somos una generación de creyentes que Dios está levantando en este tiempo, fieles en Cristo, sanos en la fe, que tenemos en el Señor todas nuestras fuerzas, que, aunque pasan los años, nos vemos cada vez más firmes, más resueltos, más comprometidos con el Señor y con su reino y daremos mucho fruto. El Señor nos llevará de triunfo en triunfo con todos los recursos del Nuevo Pacto. Por la acción del Espíritu del Señor reflejamos la gloria del Señor y vamos siendo transformados de gloria en gloria en su misma imagen. (2Corintios 3:18)

ÁNIMO

Padre, te agradecemos que Tu Palabra nos da esperanza y aliento mientras esperamos pacientemente que Tus promesas se cumplan en nuestra vida. Como David, nos animaremos y nos fortaleceremos en Ti recordando esas promesas y cantándote alabanzas. (Romanos 15:4; 1Samuel 30:6)

Señor, resplandece tu rostro sobre nosotros para que podamos inspirar, animar y edificar a los que nos rodean y te busquen y te encuentren mientras puedes ser hallado. Que puedan ver que Tú nuestro buen pastor nos apartaste para ti como como un remanente, como una manada pequeña y nos haces descansar en delicados pastos y junto a aguas de reposo nos pastoreas, nos guías por sendas de justicia por amor de Tu nombre. Que se vuelvan a Ti y Tú tendrás misericordia y les perdonarás con generosidad. (Isaías 55:6-7; Salmos 23; 1Tesalonicenses 5:11)

Oramos que aprendamos a encontrar refugio al abrigo del Altísimo, a la sombra del Omnipotente y en Su Palabra.

Aunque pase por el valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque Tú estás conmigo; Tu vara y Tu cayado me infunden aliento [me confortan, me protegen, me dan seguridad, me inspiran confianza, me sosiegan]. (Salmo 23:4)

Porque en Su enramada (sucá) me esconderá en el día del mal; me ocultará en lo reservado de Su tabernáculo; me pondrá en alto sobre una Roca. (Salmo 27:5)

«Porque “en Él vivimos, nos movemos y somos”. Como también han dicho algunos de sus poetas: “Porque también somos linaje de Él”.» (Hechos 17:28)

«El Señor se acuerda de nosotros cuando estamos abatidos. ¡Su misericordia permanece para siempre! El Señor nos libra de nuestros enemigos. ¡Su misericordia permanece para siempre! El Señor alimenta a todos los seres vivos. ¡Su misericordia permanece para siempre! ¡Alabemos al Dios de los cielos! ¡Su misericordia permanece para siempre!» (Salmo 136:23-26)

Damos gracias al Padre de las luces, el dador de toda buena dádiva y todo don perfecto, porque en Él nada nos faltará, nos hace descansar en verdes pastos, nos conduce junto a aguas tranquilas, nos guía por sendas de justicia, por honor a Su Nombre; nos ha ungido nuestra cabeza con óleo de gozo, nuestra copa está rebosando, nos ha dado un manto de alabanza y una corona, para que seamos llamados árboles de justicia, plantados por YHWH mismo, para que Él sea glorificado; ciertamente Su misericordia y Su amor inagotable nos seguirán todos los días de nuestra vida. Tendremos doble porción en nuestra tierra y gritaremos de júbilo por nuestra herencia, disfrutaremos de una doble honra, y tendremos perpetuo gozo. (Santiago 1:17; Salmo 23; Isaías 61)

«Sin embargo, yo confío en que veré la bondad del Señor mientras estoy aquí, en la tierra de los vivientes.» (Salmos 27:13)

GRACIA

Padre, tu Palabra dice que das gracia a los humildes. Así que nos humillamos bajo tu mano poderosa, sabiendo que a su tiempo nos levantarás. Te damos gracias porque tu gracia nos basta, y tu poder se perfecciona en la debilidad. Ayúdanos a crecer en tu gracia. (1Pedro 5:5-6; 2Corintios 12:9; 2Pedro 3:18)

Padre, ayúdanos a ser misericordiosos y compasivos como Tú eres misericordioso y compasivo. Que nuestras palabras sean siempre con gracia, que nuestras respuestas e instrucciones sean amables, agradables, de buen gusto, sazonadas como con sal, para que sepamos cómo debemos responder a cada uno. (Lucas 6:36; Colosenses 4:6)

Padre, ayúdanos a recordar que nuestros hijos están aprendiendo cosas que nosotros ya sabemos o deberíamos saber, y que el conocimiento es un proceso a lo largo del tiempo y de los años; ayúdanos a recordar que nosotros también estamos aprendiendo y madurando junto con ellos. Llénanos de gracia y paciencia para nuestros hijos y para nosotros mismos en cada paso que damos, en cada etapa, fase y tramo del camino; danos discernimiento para saber cuándo avanzar y cuándo reposar, ya que todo tiene su tiempo y cada día trae su propio afán. (Salmos 46:10; Eclesiastés 3; Mateo 6:34)

ALEGRÍA

“Estén siempre alegres. Nunca dejen de orar. Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para ustedes, los que pertenecen a Cristo Jesús.” (1Tesalonicenses 5:16-18)

¡Padre, te damos gracias porque en tu presencia hay plenitud de gozo, delicias a tu diestra para siempre! Así que venimos ante Ti con nuestros corazones desbordando de alegría y gratitud por la oportunidad y la libertad para hacer Tu voluntad educando a nuestros hijos en el Hogar, gracias por este estilo de vida que has preparado para nosotros, gracias por guiarnos en la mejor manera de educar a nuestros hijos y gracias porque provees el mejor entorno para llevarlo a cabo, gracias por tus bendiciones y dones. Te amamos, y creemos en Ti. ¡Estamos llenos de un gozo inefable y glorioso por Ti! (Salmos 16:11; 1Pedro 1:8)

PAZ

Padre, Tu Palabra dice: “¡Tú guardarás en perfecta paz a todos los que confían en Ti, cuyos pensamientos están puestos en Ti!” Así que fijamos nuestros pensamientos en Ti y en Tus promesas. Dejamos que Tu paz gobierne en nuestros corazones. Confiamos de todo corazón en Ti. (Isaías 26:3; Colosenses 3:15)

SUSTENTO Y PROVISIÓN

«La bendición de YHWH es la que enriquece, y no añade tristeza con ella». (Proverbios 10:22)

Amado Padre, te ponemos a ti primero en todo porque Tú nos amas y nos redimiste; recibimos con gratitud todo lo que Tú pones en nuestra mano; gracias porque nos das sabiduría para administrar fielmente lo que Tú nos has confiado; sostenemos tus bendiciones con las manos abiertas, preparados para dar y distribuir como Tú nos dirijas, sin olvidar que son tuyas y que nosotros somos tuyos.

“Cuando hayas comido hasta quedar satisfecho, asegúrate de alabar al Señor tu Dios por la buena tierra que te ha dado. »Sin embargo, ¡ese es el momento cuando debes tener mucho cuidado! En tu abundancia, ten cuidado de no olvidar al Señor tu Dios. (Deuteronomio 8:10-11)

“Él dará a la tierra de ustedes la lluvia a su tiempo, lluvia temprana y lluvia tardía, para que recojas tu grano, tu vino nuevo y tu aceite. También hará que crezca hierba en el campo para el ganado de ustedes, y que ustedes tengan comida en abundancia.” (Deuteronomio 11:14-15 NBLA, DHH)

“E invocó Jabes al Dios de Israel diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal, para que no me dañe! Y ’Elohim le concedió lo que había pedido”. (1Crónicas 4:10 BTXT)

“El que da sustento a toda carne, porque para siempre es Su misericordia. Den gracias al Dios del cielo, porque para siempre es Su misericordia.” (Salmos 136:25-26)

“Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos” (Hechos 17:28).

“Y este mismo Dios quien me cuida suplirá todo lo que necesiten, de las gloriosas riquezas que nos ha dado por medio de Cristo Jesús.” (Filipenses 4:19)

«El-Shaddai», Dios Omnipotente en generosidades, fuente inagotable de toda bendición, gracias por nutrirnos, suplirnos y saciarnos, gracias por vertirte sobre nosotros, y darnos vida en abundancia. «El-Shaddai», nada es difícil para Ti, Tú eres y tienes todo lo que necesitamos. Tú nos sostienes. Tú eres el Dios Todopoderoso, nada es difícil para ti. Perdónanos cuando perdemos de vista lo poderoso que eres.

Padre nuestro, bueno y misericordioso, grande en amor, gracias porque todo lo bueno viene de Ti, gracias porque eres nuestro dador misericordioso, nuestro proveedor, nuestro sustentador.

Padre nuestro que estás en los cielos, digno eres de toda alabanza y de toda adoración. Nuestra vida te pertenece, en el Mesías nos proveíste de sanidad y liberación. Nuestra mirada está en Ti, y te damos gracias por tu presencia en nosotros, gracias porque tu rostro resplandece sobre nosotros y nos libras del mal; gracias porque manifiestas tu gracia y misericordia para con nosotros de múltiples y asombrosas maneras.

Padre nuestro, líbranos del amor al dinero, líbranos de la codicia, de la avaricia, de la injusticia y de la indiferencia entre nosotros, líbranos de robar y líbranos de ser robados. Aparta de nosotros la vanidad y la mentira. (Proverbios 30:8-9)

«El-Elyón», Dios Altísimo, Tú fortaleces y aumentas nuestra fe. Para Ti no hay imposibles; en nuestra angustia y necesidad te pedimos que Tú abras las puertas y las ventanas que haya que abrir para que tus bendiciones nos alcancen. Nos maravillamos de las múltiples formas en las que Tú obras para suplirnos y proveernos.

Envía sin falta la lluvia a tiempo, la lluvia temprana y la lluvia tardía, así cosecharemos nuestro propio grano, y no nos hará falta el vino ni el aceite; tendremos abundancia de alimentos y a nuestro ganado no le faltarán pastos. (Deuteronomio 11:14-15 NBLA, DHH; Santiago 5:7)

Padre nuestro, te damos gracias porque nos otorgaste libertad para cumplir Tu mandato de trabajar con nuestros cuerpos y mentes, cultivar la tierra y maximizar sus bienes para nuestro bienestar, y por Tu propia autoridad y mandamiento nos proteges del robo, la codicia, la envidia y el egoísmo. Gracias amado Padre porque nada puede deshacer Tu ley eterna que protege lo que con esfuerzo y apropiación legítima adquirimos y negociamos con otros de acuerdo a Tu voluntad; ninguna voluntad espiritual o humana, ni la voluntad de ninguna cosa creada, ningún contrato social, ningún déspota o tirano, ni parlamento humano puede deshacer Tu ley.

“A los ricos en este mundo, enséñales que no sean altaneros ni pongan su esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, el cual nos da abundantemente todas las cosas para que las disfrutemos.” (1Timoteo 6:17)

Te damos gracias «El-Elyón», Dios Altísimo, porque nos otorgaste autoridad para edificar no para tiranizar; somos bendecidos para bendecir, y por amor y fidelidad a Ti no cederemos ni una de las libertades que Tú nos has entregado. Gracias porque nos otorgaste libertad económica y nuestra riqueza proviene de Ti y será una bendición para nuestros hijos y nuestras generaciones.

“Y poderoso es Dios para hacer que abunde en ustedes toda gracia; de manera que siempre y en toda circunstancia, tengan toda suficiencia en todo, y toda buena obra abunde en ustedes.” (2Corintios 9:8 RVA2015, NVI)

Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien puede lograr mucho más de lo que pudiéramos pedir o incluso imaginar mediante su gran poder, que actúa en nosotros. (Efesios 3:20)

“Y nosotros… hemos recibido… el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual” (1Corintios 2:12-13).

¡Señor, revélanos lo que has preparado! Abre nuestro entendimiento y nuestro espíritu a tus recursos. ¡Tu Palabra dice que debemos saber todas estas cosas que nos son dadas gratuitamente para poder declararlas para tu gloria!

«Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” Los paganos andan tras todas estas cosas, pero el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.» (Mateo 6:31-33 NVI)

«Cada uno debe decidir en su corazón cuánto dar; y no den de mala gana ni bajo presión, «porque Dios ama a la persona que da con alegría» Y Dios proveerá con generosidad todo lo que necesiten. Entonces siempre tendrán todo lo necesario y habrá bastante de sobra para compartir con otros. Como dicen las Escrituras:

“Comparten con libertad y dan con generosidad a los pobres. Sus buenas acciones serán recordadas para siempre.”

«Pues es Dios quien provee la semilla al agricultor y luego el pan para comer. De la misma manera, Él proveerá y aumentará los recursos de ustedes y luego producirá una gran cosecha de generosidad en ustedes. Efectivamente, serán enriquecidos en todo sentido para que siempre puedan ser generosos; y cuando llevemos sus ofrendas a los que las necesitan, ellos darán gracias a Dios.» (2Corintios 9:6-11)

Amado Padre, Tú nos has llamado y no nos enviaste sin ayuda ni abundantes recursos. (2Corintios 9:6-11) En Ti, todo lo que necesitamos está disponible para nosotros: fuerza, reposo, poder, habilidad, gozo y alegría. No hay razón para que trabajemos con tristeza ni para estar abrumados. ¡Gracias porque en Ti tenemos acceso a toda la fuerza y el gozo que necesitamos! ¡Gracias Padre por el Espíritu Santo que nos proporciona todo el poder y habilidad para cumplir tus mandamientos, gracias por esta bendita provisión del nuevo pacto!

“Pero Dios es mi ayudador; ¡el Señor me mantiene con vida!” (Salmo 54:4)

«Yahweh-Rafa», gracias por amarnos tanto y proveer para nosotros sanidad. Ayúdanos a ver Tu mano trabajando en cada área de nuestra vida y a confiar en que Tú estás trabajando en nuestra vida para llevarnos a esa bendita posición que tenemos en Ti. Tú eres nuestro Dios, nuestro Yahweh-Rafa.

«Yahweh-Yiréh», gracias por proveernos a Jesucristo nuestro redentor, Tu Único y Amado Hijo, el Cordero que quita el pecado del mundo, te alabamos porque en Él tenemos esperanza constante y segura. Gracias porque Jesucristo es nuestro pan de vida y en Él hallamos provisión. (Juan 6:35) Gracias porque nos provees lo necesario, y haces que sobreabunde tu bendición sobre nuestra familia. Gracias por tu provisión en nuestra vida. Aumenta nuestra fe y ayúdanos a recordar que en medio de las tormentas Tú estás ahí, que conoces nuestras circunstancias y que tienes un buen plan.

“Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” (Juan 1:12)

Pero ustedes son una familia escogida, linaje escogido, son sacerdotes reales y son una nación santa. Son un pueblo que Dios compró para que anuncien Sus obras extraordinarias; Él fue quien los llamó de las tinieblas a Su luz maravillosa. (1Pedro 2:9 NBV, NBLA)

Porque he aquí que las tinieblas cubrirán la tierra; y la oscuridad, los pueblos. Pero sobre ti resplandecerá el SEÑOR, y sobre ti será vista Su gloria. (Isaías 60:2)

“Cuando terminaron de cenar, Jesús tomó otra copa con vino y dijo: «Este vino es mi sangre, derramada en favor de ustedes. Con ella, Dios hace con ustedes un nuevo pacto.” (Lucas 22:20 TLA)

“Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes, que decía: Dos libras de trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario; pero no dañes el aceite ni el vino.” (Apocalipsis 6:6)

“Ellos lo vencieron por la sangre del Cordero y por la palabra que ellos proclamaron; siempre estuvieron preparados a entregar sus vidas y morir.” (Apocalipsis 12:11)

Dios Santo, tu anuncio es poderoso, tu proclamación es gloriosa: El aceite y el vino no serán tocados. Gracias por tu decreto a nuestro favor, Altísimo Dios nuestro. Gracias por tu sangre, representada en forma de vino, tu sangre preciosa que mantiene su infinito poder para salvar y redimir; tu sangre que es señal sobre nosotros tu pueblo, que como en Egipto, no permitirá que el ángel de la muerte penetre en nuestros hogares. Gracias por el aceite, esa unción que pudre los yugos (Isaías 10:27), que abre las puertas de la cárcel, que sana a los quebrantados de corazón, que nos faculta para ser testigos con poder en un mundo consternado, gracias porque ese aceite quedará intacto.

«El Señor es mi pastor; tengo todo lo que necesito.

En verdes prados me deja descansar; me conduce junto a arroyos tranquilos.

Él renueva mis fuerzas.

Me guía por sendas correctas, y así da honra a su nombre.

Aun cuando yo pase por el valle más oscuro, no temeré, porque tú estás a mi lado.

Tu vara y tu cayado me protegen y me confortan.

Me preparas un banquete en presencia de mis enemigos.

Me honras ungiendo mi cabeza con aceite. Mi copa se desborda de bendiciones.

Ciertamente tu bondad y tu amor inagotable me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Señor viviré por siempre.» (Salmo 23)

{ DESCARGA EL PDF DE LA: Guía de Oración e Intercesión por las Familias Educadoras en el Hogar y la Educación en el Hogar }

https://incomparableeternal.wordpress.com/2022/08/19/oracion-por-las-familias-que-educan-en-el-hogar/

Leave a comment