Ideas para Favorecer el Gusto por la Lectura

¿Deseas que tus hijos

  • disfruten la lectura?
  • disfruten aprendiendo?
  • se vuelvan autodidactas?
  • amplíen su vocabulario?
  • escriban con claridad?

Aquí te doy unas cuantas ideas:

  • Los primeros años de vida de tus hijos son de suma importancia, pues es cuando ellos aprenden a hablar y a comprender las palabras y las entonaciones.
  • Los niños disfrutan escuchando cuando los adultos les leen, es así como conocen muchas palabras, y por lo tanto amplían su vocabulario y van puliendo su oratoria, es decir, el arte de hablar bien. Paulatinamente se convierten en mejores lectores.
  • La frecuencia de la lectura es importante. Entre más seguido lean juntos, más fácil se forma el hábito de leer por gusto. Cuando la lectura forma parte de lo cotidiano en un hogar los niños la perciben como algo cercano.
  • Quien conoce mejor a tus hijos eres tú, precisamente por ello es que tú puedes seleccionar aquellos contenidos que más les agraden.
  • El placer por la lectura, requiere tiempo, como cuando aprendieron a caminar y hablar.
  • Si en tu hogar les hablas, cantas y lees a tus hijos desde que están en el vientre materno, ya sea en uno o varios idiomas, la adquisición de los idiomas se les facilitará.
  • Para poder leer y escribir, los niños necesitan bases, esas bases son las que adquirieron escuchando hablar, cantar y leer a la gente a su alrededor. Ellos necesitan escuchar los sonidos del lenguaje una y otra vez.

  • Es importante leer en voz alta. Cuando los padres acunan a sus hijos en su regazo, hojeando libros desde pequeños, charlando acerca de las ilustraciones que miran, leyéndoles en voz alta, los niños van asociando la lectura con el afecto debido a esos momentos en los que se sienten contentos y seguros; por lo tanto, se fortalece el vínculo emocional con los padres, y de paso, van aprendiendo habilidades de comunicación, de lectura, entonación, vocabulario y otros conocimientos.
  • Los niños aprenden todo el día. Los aprendizajes no se obtienen exclusivamente de los libros; muchos aprendizajes se adquieren de charlas entretenidas y agradables; también se aprende jugando. Así que evita caer en el error de considerar que sólo se aprende de los libros.
  • Si tú les platicas cosas interesantes sobre algo que leíste, les infuindirás curiosidad para que ellos también quieran leer cosas interesantes tal como tú lo haces.
  • Los niños que conocen y usan muchas palabras, tienden a tener gran facilidad para aprender a leer, así que aunque sean bebés, charla con tus hijos, cántales, cuéntales cuentos, anécdotas, rimas, platícales sobre lo que está sucediendo.
  • Cuando tu hijo escucha sus historias preferidas varias veces, sabrá qué sigue. Permítele cambiar las hojas del libro y pregúntale: ¿qué va a pasar después? Hazle preguntas sobre lo que se ve en las ilustraciones.
  • Los niños aprenden imitando. Así como los niños juegan representativamente cuando cargan un muñeco y lo alimentan, o cuando pretenden que hablan por teléfono, de igual forma, si los hijos ven leyendo los padres, ellos tenderán a imitarlos a leer. A este aprendizaje se le llama pensamiento abstracto. El pensamiento abstracto es necesario para la lectura y la escritura porque: las letras son símbolos o imágenes de los sonidos; los sonidos unidos forman palabras; las palabras que usamos al hablar y escribir son los nombres de los objetos, las acciones y las sensaciones. Como al leer usamos símbolos e ideas y no los objetos reales, necesitamos la destreza del pensamiento abstracto para poder entender aquello que leemos. Por eso, ayúdale a tu hijo a jugar imitando, pretendiendo y haciendo de cuenta.

  • Convierte los momentos de lectura en momentos especiales. Puede ser en la cama, en un sillón, en el piso cubierto de cojines, como sea, pero que sea un lugar cómodo y tranquilo en el que puedan acunarse y sentirse cómodos leyendo, charlando sobre un libro o contando cuentos.
  • Cuando leas en voz alta a tus hijos, procura usar un montón de expresiones, incluso puedes añadir sonidos onomatopéyicos. Imprímeles personalidad y carácter a los personajes de la historia que estás narrando, eso lo logras con tu tono de voz. Hacer una interpretación dramatizada de las historias, hace que consigas interesarlos y divertirlos.
  • Durante la lectura, siéntete libre de interrumpir asociando la historia a algo que les haya sucedido a ustedes, dile por ejemplo: “¿te acuerdas cuando…?”, o “a nosotros también nos sucedió algo así…”, o “nosotros también hacemos…”.
  • Los libros deben estar accesibles.
  • Los niños que leen por gusto y con gusto, tienden a ser autodidactas. No necesariamente saben de todo, pero si lo requieren lo averiguan, se documentan, investigan.
  • Nunca trates la lectura como una tarea asignada. A muchos no les gusta la lectura porque los ponen a leer por asignación libros malos, libros que no tienen nada que ver con su madurez ni sus gustos y asumen que todos los libros son iguales. No les digas a tus hijos ‘si pasas 30 minutos leyendo, podrás jugar en el iPad / comer helado / cobrar un dólar’. En cambio, trata la lectura como una actividad que es una recompensa en sí misma.

  • Nunca es tarde para comenzar con la lectura. Y si ya se tuvo un inicio desagradable, nunca es tarde para restituir la relación con los libros, es cuestión de encender la chispa.
  • Además, los libros a diferencia de las pantallas, no necesitan baterías, no encandilan, probablemente no se los roban si lo dejas a la mano, huelen bien, no salen anuncios publicitarios indeseados, bueno, se entiende el punto, ¿verdad?

En resumen, cuando la lectura forma parte de lo cotidiano en un hogar los niños la perciben como algo cercano.

El secreto está en:

  1. Ponerles la muestra primero, siempre.
  2. Que sean momentos agradables entre papis e hijos.
  3. Conseguirles libros que les enriquezcan, que les edifiquen.
  4. Leer y leer un poco más. Leer juntos en voz alta es una gran actividad relacional que también inculca el gusto por la lectura. Si los hijos aprenden que los libros son divertidos, entretenidos, emocionantes y hermosos, entonces más adelante en la vida no habrá impedimento para el aprendizaje auto-dirigido o autodidacta.

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